La actividad física no es sólo una forma de conseguir una bonita figura, es una forma de vida.
No todas tenemos que ser como Patri Jordán. La disciplina deportiva adecuada debe elegirse en función de las preferencias y posibilidades individuales, así como de los intereses de cada uno.
Una mujer que disfruta de la actividad y el movimiento debe recordar que debe proteger sus pechos adecuadamente durante el deporte.
¿Cómo hacerlo?
Utiliza un sujetador deportivo bien ajustado. Su función principal es inmovilizar los pechos. Limitar su movimiento, para minimizar el riesgo de golpes y tensiones durante el esfuerzo físico. Según los científicos deportivos de la Universidad de Portsmouth, un sujetador deportivo de apoyo amortigua las vibraciones y restringe el movimiento de los pechos en un 74%, mientras que un sujetador normal sólo restringe el movimiento en un 38%.
Los senos están formados por piel y una red de bandas de tejido conjuntivo llamadas ligamentos de Cooper, que son muy delicados y se estiran durante los movimientos intensos y el aumento de la actividad física.
Como consecuencia, el busto pierde su firmeza y elasticidad, se vuelve flácido e incluso se deforma. Desgraciadamente, se trata de un proceso irreversible, ya que una vez que el tejido se estira no vuelve a su forma anterior; por eso es tan importante hacer ejercicio con un sujetador deportivo.
Un buen sujetador deportivo tiene una estructura muy alta y está fabricado con un material de espuma más grueso, gracias a lo cual proporciona estabilización a los pechos, evitando que se estiren. Además, los moldea y les da la forma adecuada y los acerca, para que los brazos tengan libertad de movimiento durante el ejercicio.
Conviene saber que el material del que está hecho el sujetador, a pesar de ser grueso, «respira» y absorbe la humedad de la piel, al mismo tiempo que permite que el aire fluya hacia los pechos. La elección correcta del sujetador deportivo es tan importante como la ropa interior de diario.